Siempre es bueno hacer un repaso de lo que nuestros artistas han logrado presentar al público durante el año, sirve para reunir información, crear archivo y memoria, además de evaluar. Por lo que he podido encontrar, este año los estrenos han sido más numerosos que en 2024. Son 15 largometrajes, un corto y cinco episodios de una importante serie; en el total se incluyen al menos cuatro documentales. También se observa que la comedia es un género cada vez más utilizado y que varias películas fueron rodadas íntegramente en locaciones fuera de La Paz; algo positivo, sin duda, más allá de las críticas a los resultados finales. La más reciente, Garras, estuvo recientemente en cartelera y se anunciaba como “la primera película boliviana de acción”. No lo es, hay otras que la preceden. Sugiero a los productores que se informen mejor.
El público sigue siendo un desafío pendiente. Factores como el alto costo de las entradas, malos horarios e historias deficientemente desarrolladas son algunos de los que interfieren en el entusiasmo local para ir a vernos en la pantalla grande. En este aspecto, el trabajo de la Cinemateca Boliviana es loable. Ha realizado numerosos ciclos de cine boliviano, con importantes reestrenos durante todo el año, a precios indiscutiblemente accesibles.
En la lista figuran dos títulos que aún no han pasado por la cartelera local, aunque están de gira por el mundo y ganando importantes reconocimientos: La hija cóndor y Cielo. Hacemos votos por su pronta llegada.
También encontrarán los cinco episodios de la serie Historias de libertad, el ambicioso proyecto desarrollado por Ukamau este año. Si bien cada capítulo se ha emitido un par de veces por el canal estatal de televisión y uno está disponible en YouTube, desde este espacio esperamos que los repongan en salas de cine. La magnitud de la producción de esta serie, en recursos humanos y técnicos, ha sido enorme y es necesario ponerla en la cartelera para que más gente pueda conocerla.
Es importante recordar que en 2026 esperamos una atípica cantidad de nuevas películas, ya que de cara al Bicentenario de Bolivia, el año pasado se creó una iniciativa estatal de impulso a la cinematografía mediante el Fondo de Fomento al Cine y Arte Audiovisual “Hacia el Bicentenario”, cuya convocatoria fue lanzada en noviembre de 2024 y que destinó más de 13,5 millones de bolivianos para apoyar 29 proyectos seleccionados en 2025, en el marco del programa cultural “Sueño Bicentenario”. El mismo es ejecutado por la Agencia del Desarrollo del Cine y Audiovisual Bolivianos (Adecine) y contó con la participación y evaluación de expertos nacionales e internacionales.
Con este preámbulo, la lista de estrenos del año.
La desaparición de Helena
Dirigida por Mirko Álvarez Poppe. Thriller de misterio e investigación con Youtuberos como protagonistas que exploran la desaparición de una joven en Santa Cruz; se desarrolla bajo el formato de falso documental o «cine dentro del cine». La trama sigue a María Mita y Mario Meneses, dos conocidos youtubers especializados en misterios, que viajan a la ciudad de Santa Cruz de la Sierra para investigar la desaparición de una joven llamada Helena Hernández. Aunque la investigación comienza motivada por teorías de una supuesta abducción extraterrestre, los protagonistas pronto descubren pistas que revelan un peligro mucho más real y terrenal, poniendo en riesgo su propia integridad. Estrenó en enero.

Truculento boliviano: Leyendas urbanas
Docudrama dirigido por Martín Jiménez, que sigue las desventuras de tres influencers con «mala suerte» que se sumergen en las profundidades del folclore oscuro de Bolivia. A través de una serie de entrevistas a ciudadanos en las calles de La Paz y recreaciones cinematográficas, la película explora y narra diversas leyendas urbanas que han marcado el imaginario colectivo boliviano, ofreciendo una visión cruda de los mitos que habitan en la cotidianidad urbana del país. Estrenó en enero.

La casa del sur
Dirigida por Carina Oroza Daroca y Ramiro Fierro. Filmada en el Valle de la Concepción, Tarija, es un drama familiar e histórico sobre el retorno de una mujer exiliada y la memoria de su pasado. La historia se divide en dos épocas y muestra la forma en que una familia es afectada por una dictadura militar en una hacienda rural; 25 años después, Ana, la protagonista, regresa del exilio para vender la casa familiar y termina redescubriendo su pasado y la historia de las mujeres de su familia. Fue proyectada en salas y posteriormente seleccionada para representar a Bolivia en premios internacionales (Oscar y Forqué 2026). Estrenó en febrero.

La Virginia de los bolivianos
Documental de Juan Cristóbal Ríos, que explora la identidad y las experiencias de la comunidad de inmigrantes bolivianos asentada en el norte de Virginia, Estados Unidos. Muestra cómo las tradiciones bolivianas, como la morenada, la gastronomía y la fe, actúan como un puente cultural y refugio para quienes viven lejos de su país. Utiliza un enfoque creativo que incluye elementos simbólicos como danzantes de Moreno y Tobas transitando entre ambas geografías. Estrenó en marzo.

El show detrás del show
Dirigida por Enrique Koch, quien también es guionista y actor en el filme, cuya a historia explora el mundo del stand-up comedy en Bolivia a través de Laura, una comediante elegida para representar al país en un festival en Miami. La narrativa se enfoca en los conflictos personales, el caos creativo y las tensiones que ocurren tras bambalinas mientras los protagonistas buscan el éxito. Cuenta con la participación de reconocidos comediantes bolivianos como Pablo Osorio y Javicho Soria, además de actores como Claudia Peña, Cristian Mercado y Pati García. Estrenó en abril.

Patada de yegua
Dirigida por Walter Valda. La historia se ambienta en el Chaco chuquisaqueño en 1996, donde se desata un hecho fortuito: Unaí recibe una patada de su yegua mientras le cambia las herraduras. A partir de entonces su vida cambia radicalmente al darse cuenta que ha quedado impotente. Las relaciones familiares se ven tan afectadas que su mujer lo abandona. La trama explora cómo este hecho fortuito afecta a su familia y descendencia a lo largo de varias generaciones. La película se estructura a través de tres historias diferentes unidas por este hilo conductor. Estrenó en mayo.

Mi cuerpo, mi territorio
Dirigida por Roberto Navia, documenta la lucha de las mujeres indígenas chiquitanas en Bolivia para defender su bosque y cultura frente a los devastadores incendios de 2024 y la violencia ambiental, visibilizando su resistencia y conexión espiritual con la tierra. El documental muestra testimonios íntimos y poderosas imágenes de estas mujeres que luchan por su hogar y su identidad, y ha sido seleccionado en festivales internacionales como SUNCINE. Estrenada en junioen la Chiquitanía y en Santa Cruz de la Sierra, además de su proyección internacional en la COP30.

El último blues del croata
Dirigida por Alejandro Suárez, es una comedia negra que aborda temas como la amistad, la muerte y la bohemia. La trama se inspira en hechos reales relacionados con el músico Drago Dogan. La historia sigue a Perla y Willy, dos exmúsicos que descubren que su antiguo amigo Drazen (un exmúsico de rock y blues de origen croata) ha muerto solo y en la pobreza extrema. Ante la falta de recursos y documentos del fallecido, ambos emprenden la tarea de darle un entierro digno para evitar que su cuerpo termine en una fosa común o sea utilizado en prácticas de medicina. Fue parte de la selección de producciones bolivianas elegibles para premios internacionales (Forqué y Oscar 2026). Estrenó en septiembre.

Ceremonia
Cortometraje dirigido por Rodrigo Bellot. La historia sigue a Javier, un galardonado fotógrafo de guerra español que llega a Samaipata (Bolivia) buscando sanación espiritual tras recibir un diagnóstico de cáncer de pulmón. Allí conoce a Goen, un joven optimista que lidia con la ausencia de su padre. Juntos emprenden un viaje de introspección y conexión con la naturaleza. Se estrenó en octubre.

Lo que siento por ti
Dirigida por Camilo Maldonado, es una comedia romántica que habla de segundas oportunidades y conflictos afectivos. Se estrenó en octubre.

Me río de las olas
Dirigida por Azeneth Farah. Documental autobiográfico en el que, a partir de una historia familiar, Azeneth emprende un viaje en búsqueda de su propia identidad, en el que se enfrenta a los fantasmas que acechan la memoria de tres generaciones. La película sigue un viaje personal e introspectivo de la directora, impulsada por una anécdota familiar sobre el encarcelamiento de su abuela paterna en Bolivia en 1971. Estrenó en noviembre en la Cinemateca Boliviana.

Un milagro de Navidad en La Paz
Dirigida por Carlos Bolado, con guion coescrito por Carla Ortiz y Juan Pablo Piñeiro. Comedia romántica navideña rodada en La Paz, cuya historia cuenta que, días antes de la Navidad, dos personas marcadas por la pérdida y el orgullo se encuentran, gracias la intervención de un ángel. La historia se centra en la sanación, la fe y las segundas oportunidades en el amor.

Tras las huellas de un dinosaurio
Dirigida por Viviana Saavedra. La obra es un viaje personal y científico que rinde homenaje a Henry Saavedra Coca, destacado paleontólogo y espeleólogo boliviano y padre de la directora. A largo del metraje, se transporta al espectador a través de las huellas milenarias preservadas en piedra y las memorias de los habitantes de Toro Toro, Potosí. La narración busca redescubrir la historia paleontológica de Bolivia y destacar el valor del cine como herramienta de educación y memoria colectiva. Se lanzó comercialmente en diciembre, aunque antes de su estreno general, tuvo una proyección el 19 de julio de 2025 en la comunidad de Toro Toro, donde se realizó la investigación.

Garras: dios y el diablo están de vacaciones
Dirigida por Leonardo Pacheco y Paolo Pacheco. Se filmó en el trópico de Cochabamba y su trama está vinculada a la escuela de entrenamiento antidrogas «Garras del Valor» de la Policía Boliviana. La historia se centra en el secuestro de Víctor Brozovic, hijo de un influyente y controversial empresario boliviano, por parte de un grupo criminal internacional denominado «El segundo llamado». Ante la creciente presión, un equipo de fuerzas especiales de élite de la Policía Boliviana debe ejecutar una peligrosa misión de rescate en la selva, enfrentando un entorno donde la línea entre la justicia y el caos es casi inexistente. Se estrenó en diciembre.

Estrenos internacionales. Son dos las películas bolivianas que se estrenaron fuera del país este año; su proyección en Bolivia está pendiente.
La hija cóndor
Dirigida por Álvaro Olmos. La trama sigue a Clara, una adolescente quechua y aprendiz de partera en una comunidad indígena de los Andes. Clara posee el don de aliviar el dolor de las mujeres durante el parto mediante el canto. Cuando decide marcharse a la ciudad, su comunidad entra en crisis, lo que motiva a su madre adoptiva a emprender un viaje para traerla de vuelta, explorando el choque entre la tradición rural y la modernidad urbana. Es una coproducción entre Bolivia, Perú y Uruguay filmada en español y quechua.
La película tuvo su estreno mundial en septiembre de 2025 en el Festival Internacional de Cine de Toronto (TIFF), dentro de la sección Centrepiece. Ganó el premio Abrazo al Mejor Largometraje de Ficción en el Festival de Biarritz América Latina 2025. Recientemente se anunció su distribución en Estados Unidos y Canadá.

Cielo
Dirigida por Alberto Sciamma. Una niña de 8 años, Santa, emprende un viaje surrealista por el altiplano boliviano para llevar a su madre a un lugar mejor, cruzándose con cholitas luchadoras, un sacerdote y un policía. Es una coproducción británica-boliviana que ha ganado reconocimiento internacional por su realismo mágico ambientado en el altiplano, destacando por su fotografía y actuaciones. Ganó premios en Fantasporto 2025 (Premio Especial del Jurado, Mejor Fotografía, Premio del Público) y ARFECINE (Mejor Actor para Fernando Arze). Selección oficial en festivales internacionales como el SXSW London 2025 y el Fantasia Film Festival 2025.

Historias de libertad
Es una serie de televisión de género histórico producida para conmemorar el Bicentenario del país en 2025, producida por la Fundación Grupo Ukamau. Consta de cinco capítulos (o películas cortas) que reconstruyen hitos fundamentales de la lucha por la independencia y la identidad boliviana. La dirección general ha estado a cargo del icónico cineasta Jorge Sanjinés y cada capítulo tiene la visión de un director o directores diferentes.
Por sus características e importancia, la incluimos en esta lista, pues su estreno ha sido limitado a un par de proyecciones por televisión. Esperamos que también se exhiba en salas de cine. En todo caso, se ha anunciado que la serie se integrará próximamente al catálogo de la plataforma boliviana Ahayou.

Capítulo 1: Viva la patria, dirigido por Alejandro Zárate Bladés
Un relato épico que revive la conspiración de Jaime de Zudáñez, la voz firme de Doña Manuela Ramírez, el liderazgo del Mariscal Antonio José de Sucre y la fuerza del pueblo que se levantó contra la opresión.
Capítulo 2: Mestizos, dirigido por Óscar Durán Raldes y Milton Guzmán
Este episodio explora la construcción de la identidad nacional de Bolivia a través del concepto del mestizaje, integrándolo como un pilar fundamental del orgullo y las raíces del país. La narrativa revive momentos históricos clave que definieron los símbolos patrios, destacando la creación de la bandera nacional con sus colores como un emblema de una patria fuerte, unida y próspera.
Capítulo 3: Warisata, dirigido por Paolo Agazzi.
Narra los orígenes de la Escuela Ayllu de Warisata, un hito fundamental en la historia educativa y social. La trama se centra en el sueño compartido de dos hombres, Elizardo Pérez y Avelino Siñani, quienes desafiaron las estructuras de opresión de la época para demostrar que la educación podía ser un motor de verdadera libertad para el pueblo indígena. Bajo la premisa de que «la libertad también nació en las aulas», el capítulo habla de cómo el conocimiento se transformó en una herramienta de resistencia y dignidad.
Capítulo 4: Huelga, dirigido por Martín Boulocq y Andrea Camponovo.
El capítulo recrea la huelga de hambre de las mujeres mineras que llevó a la renuncia del dictador Hugo Banzer, en 1978. Explora la fuerza de la unión colectiva frente a la opresión, retratando un acto de resistencia minera, donde el silencio se convierte en un grito de protesta.
Capítulo 5: Caminos de lucha, dirigido por Iván Sanjinés
Este episodio final se centra en una histórica caminata emprendida por un pueblo decidido que se convirtió en un símbolo de resistencia y unidad para el país. Explora cómo «un primer paso abrió el camino» y cómo miles de pasos posteriores marcaron el rumbo de la historia boliviana contemporánea. La narración trata de revivir la memoria colectiva sobre este momento específico de movilización social, destacando que el inicio de dicha marcha fue determinante para los acontecimientos que vendrían después en el contexto de la lucha por la libertad y los derechos.




