El toque mágico de la Palma de Oro

Probablemente el Festival de Cannes sea el evento mayor del cine mundial, el exponente que mejor dosifica el glamour, la participación de los medios, el cine de autor, el mensaje político y la calidad de las películas que selecciona. Su premio principal, la Palma de Oro, es el sueño de todo cineasta, aunque tiene también otros galardones, llamados el Gran Premio y el Premio del Jurado. Me animo a asegurar que ver las premiadas de Cannes, en cualquier categoría, es una idea que casi siempre será gratificante.

manbikikazokuEste año, la versión N° 71 del festival ha galardonado con el premio mayor al japonés Kore-eda, por Shoplifters, mientras BlacKkKlansman, de Spike Lee, logró llevarse el Premio Especial del Jurado y Jean-Luc Godard se hizo de la Palma de Oro Especial, con Le Livre D’Image.

Aparte del palmarés, es menester anotar el título de la película que ha inaugurado la competencia, pues hay que verla. Se trata de Todos lo saben, del ya premiado Asghar Farhadi (Irán). Esta película ha sido rodada íntegramente en español y ha unido en la pantalla a Ricardo Darín, Penélope Cruz y Javier Bardem. Sobra decir que todos estos nombres juntos provocan una elevada expectativa, así que, ya saben. 

Mientras esperamos que lo mejor de Cannes llegue a nuestas salas, repasemos a 10 ganadoras de revisión obligada de los últimos años.

  1. La clase. Laurent Cantet (Francia). Es la historia de François, un maestro de secundaria en un barrio periférico de París, con estudiantes adolescentes, conflictivos, de orígenes y culturas diversas. François y sus colegas deben juntar todas sus fuerzas para educar a jóvenes cuyas vidas han sido apropiadas por el desánimo.
  2. La cinta blanca. Michael Haneke (Alemania). Una joya fílmica, grabada a color y posteriormente convertida a negro y blanco, refleja los extremos de la perversidad humana a través de esta narración, ambientada poco antes del inicio de la primera guerra mundial. Una historia a partir de una serie de sucesos extraños que el director utiliza para reflexionar sobre el origen del nazismo.
  3. El Tío Boonmee que recuerda sus vidas pasadas. Apichatpong Weerasethakul (Tailandia). Tan hipnótica como inclasificable, narra el periplo del tío Boonmee que, al descubrir que sufre una enfermedad en los riñones decide volver a su lugar de origen, dando lugar a un viaje plagado de apariciones reales y oníricas.
  4. El árbol de la vida (*) Terrence Malick. (Estados Unidos). Aquí no hay historia, en el sentido clásico del término, así que no hay que esforzarse ni por contarla, ni por entenderla. Es un poema visual que inunda la pantalla con emoción y sensaciones, gracias a la dupla genial que logra Malick con la fotografía del mexicano Emmanuel Lubezki (La jaula de las locas, Y tu mamá también, Gravedad, Birdman, El renacido y mucho más), así que para disfrutarla lo mejor es acomodarse y sentir, sin racionalizar.
  5. Amor. Michael Haneke (Austria). Anne y Georges son una pareja de octogenarios, ex maestros de música clásica. Viven una jubilación aparentemente tranquila en París, unidos por un sentimiento que pervive a través del tiempo. Un día, Anne sufre un infarto y la vida de ambos cambia de un modo para el cual no se han preparado, pero que enfrentarán con lo único que tienen, el amor del uno por el otro. Un retrato de la soledad que llega con la vejez.
  6. La vida de Adèle. Abdellatif Kechiche (Francia, Bélgica, España). Ésta es la historia de amor de dos muchachas que se descubren a través del deseo. Adele es una joven adolescente que da por hecho que le gustan los chicos, hasta que conoce a Emma, una impetuosa joven que se lleva el mundo por delante y que provocará que Adele descubra quién es en realidad. Una historia preciosa, con actuaciones de alto vuelo.
  7. Sueño de invierno. Nuri Bilge Ceylan (Turquía). Una extensa reflexión sobre la vida, a partir de tres personajes. El protagonista, un actor retirado, dueño de un hotel campestre en la estepa turca, su joven esposa y la hermana de aquél, con las cuales tiene una relación que se deteriora día con día, a medida que el invierno se acerca. Una película que depende casi exclusivamente de su guión y actores, con escasas locaciones y ningún efecto especial. Me animaría a decir que casi no hay banda sonora. Una historia que para algunos podría ser aburrida, pero que en mi opinión bien vale sus tres horas y media de duración.
  8. Dheepan (*). Jacques Audiard (Francia). Dheepan escapa de la guerra civil en Sri Lanka junto a dos desconocidas, una mujer y una niña huérfana. Los tres dicen que son familia y piden asilo en Francia, donde deben aprender a sobrevivir sin conocerse entre ellos, sin entender el idioma y la cultura, en un barrio marginal, asolado por la delincuencia. Una historia de coraje, en la que tanto la nobleza de espíritu como la falta de escrúpulos son actitudes que valen para salir adelante.
  9. Yo, Daniel Blake (*). Ken Loach (Reino Unido). Daniel Blake es un carpintero que ha tenido que dejar de trabajar debido a problemas cardiacos. La pensión que recibe es insuficiente y se ve obligado a pedir ayuda en la asistencia social. Por si fuera poco, se hace cargo de una familia que llega al vecindario. Daniel es fuerte de espíritu, hábil para arreglar cosas, solidario y disciplinado, pero todo eso parece ser muy poco cuando tiene que enfrentarse a una burocracia sin corazón.
  10. The Square. Ruben Östlund (Suecia). En la moderna Estocolmo, al curador de un museo de arte contemporáneo, un hombre guapo y acostumbrado a los placeres de una vida acomodada, le roban su teléfono celular. Este hecho desencadena la trama que es, en realidad, un cuestionamiento a la existencia del ser urbano, contemporáneo, europeo, blanco, famoso, rico y “feliz”.

(*) Disponibles en Netflix

Esta página se publica también en la Revista Rascacielos.

 

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